La Navidad no se entendería de la misma manera sin la amplia y rica variedad de dulces típicos, postres, bombones, turrones , chocolates... Alimentos habituales en estas fiestas y que deben disfrutarse sin remordimiento como parte de una dieta variada y equilibrada. Sin embargo, su consumo debe realizarse con moderación, pues el alto contenido en azúcar de estos alimentos puede hacernos ganar peso, con todas las enfermedades asociadas a ello.
El azúcar de estos dulces no solo tiene un efecto en nuestro metabolismo, sino también en otra parte del cuerpo que a menudo pasa desapercibida: la boca . De hecho, los expertos en microbiología oral explican que el proceso que se desencadena en la boca tras ingerir azúcar es mucho más complejo y rápido de lo que suele imaginarse.
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