Lo bueno se hace esperar. Este refrán nunca ha sido tan cierto como en el caso del Café Chicago de Zaragoza. El emblemático restaurante del barrio de La Almozara ha reabierto después de permanecer seis meses con la persiana bajada. ¿El motivo? Llevar a cabo una reforma integral que mejorara las instalaciones del bar.

La obra arrancó el 1 de julio de este año . Desde entonces, los dueños del bar, unos expertos de la cocina, han tenido que instruirse en un arte no menos noble: la paciencia. La reforma, que en principio iba a durar cuatro meses, se alargó más de lo previsto. No era tarea fácil darle una nueva cara a este establecimiento con solera: necesitaban volver el local más accesible y renovar la cocina , que cada día ve aumentar el número de comandas. “Ha sido más estresante la r

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