Por Tona Galvaliz

No nacemos humanos del todo: nos vamos humanizando en cada elección.

¿Por qué importa ser más humanos en un mundo egoísta, mercantilista, metálico, líquido y superficial?

Porque cuando todo se vuelve rápido, utilitario y descartable, lo humano se convierte en un acto de resistencia, y no resistencia desde la lucha violenta, sino desde una firmeza suave, un posicionamiento interior que dice: "No voy a dejar que me roben mi alma, ni mi identidad con sus valores, ni mi sensibilidad, ni mi capacidad de sentir profundamente."

¿Qué significa esa resistencia? Significa defender lo esencial en tiempos donde casi todo se vuelve accesorio, es sostener la profundidad en un entorno que empuja a la velocidad, es elegir la presencia en una era que promueve la distracción permanent

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