«I-ta-lia, I-ta-lia», ruge el SuperTennis Arena de Bolonia mientras la bandera Tricolore se ondea por encima del resto y el confeti cae sobre las cabezas del equipo italiano. Es el símbolo de la victoria. El de Paolini en compañía en la Billie Jean King Cup del pasado septiembre y el séquito -sin Sinner y Musetti - de Filippo Volandri en la Davis de finales de noviembre. Un doblete histórico, el segundo consecutivo, que reafirma la supremacía actual de Italia en el tenis.

Dulce momento el que atraviesa el tenis transalpino, independientemente del género. Sexta ocasión en lo que va de siglo que precintan el torneo femenino. Cuarta vez que lo hacen en el ámbito masculino y segunda que coinciden en tiempo y forma. Son así la quinta nación que logra el doblete tras Estados

See Full Page