Entre risas, miradas incómodas y algunos abucheos juguetones, el duque de Sussex se robó el protagonismo con un humor que pasó de simpático a polémico en cuestión de segundos.

Todo comenzó cuando Colbert comentaba los clásicos títulos cursis de las películas navideñas estadounidenses, fue entonces cuando Harry emergió tímidamente desde atrás del presentador para “audicionar” para una ficticia cinta llamada “El Príncipe de Jengibre Salva la Navidad en una Canasta”.

Colbert le preguntó por qué un príncipe real querría actuar en una película de bajo presupuesto. Harry devolvió la respuesta de forma cómica.

“Ustedes los estadounidenses están obsesionados con las películas navideñas… y claramente están obsesionados con la realeza.”

El público rió, pero el ambiente cambió cuando Harry soltó

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