La calma en la zona El Progreso, en Carabayllo, volvió a romperse de madrugada. Eran casi la 1 a. m. cuando dos sujetos en una motocicleta se detuvieron frente a la casa del alcalde Pablo Mendoza y arrojaron un artefacto explosivo directo al frontis del inmueble. Esta vez, el objeto no detonó, pero el mensaje de intimidación quedó claro para la autoridad distrital.

Imágenes de cámaras de seguridad captaron el preciso instante en que los motociclistas se acercan, lanzan el explosivo y huyen a toda velocidad. Un agente de seguridad de la vivienda reaccionó de inmediato y dio aviso a la Policía, que llegó junto a personal de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX).

El equipo especializado cercó el área y retiró el artefacto para su análisis. Era el segundo atentado que sufría el

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