Si en España hemos terminado por asumir como rituales el repaso musical nostálgico e ingenioso de Cachitos de Nochevieja en la última noche del año y el Concierto de Año Nuevo como banda sonora obligada del 1 de enero, al otro lado del Atlántico se ha asentado una costumbre tan peculiar como profundamente estadounidense, sentarse frente al televisor en Acción de Gracias para seguir una competición canina. Resulta casi desconcertante imaginar a millones de personas, después del desfile de Macy’s, pendientes de un espectáculo en el que los protagonistas son perros que desfilan, giran y se dejan evaluar por jueces expertos.

Sin embargo, ese hábito ya forma parte de la identidad festiva de Estados Unidos. Este 2025, la transmisión del National Dog Show volvió a demostrar su potencia cultural,

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