El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reconocido fallas en la gestión del caso de acoso sexual que involucra a Francisco Salazar, exdirigente socialista. Durante una conversación informal con periodistas en el Congreso, Sánchez asumió que hubo un "error en la velocidad" de la respuesta del PSOE ante las denuncias de dos militantes que trabajaban con Salazar en Moncloa. Sánchez afirmó: "Es un error que asumimos todos, yo el primero". Aclaró que este error no fue "premeditado" y que el partido siempre apoyará a las denunciantes. Además, el presidente subrayó que el PSOE es un partido feminista y que se reforzarán los protocolos antiacoso para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro. El mandatario también ofreció el apoyo del partido a las denunciantes si deciden llevar el caso a la Fiscalía. "Las denunciantes deben ser quienes tomen la decisión de acudir a la justicia", indicó. En cuanto a la gestión del caso, Sánchez reconoció que la dilación en las investigaciones, que se han prolongado cinco meses desde el registro de las denuncias, ha sido un problema. Sin embargo, defendió que la comisión encargada de investigar actúa de forma independiente y está compuesta por personas de reconocido prestigio. El presidente también se refirió a la baja de Salazar del partido, que se produjo tras la publicación de los testimonios de las denunciantes. Aseguró que no ha tenido contacto con él desde entonces y negó cualquier tipo de protección hacia el exasesor. Sánchez se mostró firme en su compromiso de que el PSOE mantenga su reputación como partido feminista, a pesar de las críticas y preocupaciones internas sobre el impacto del caso Salazar. En este sentido, instó a otros partidos, como el PP, a implementar protocolos similares para abordar el acoso sexual. Finalmente, el presidente reafirmó su intención de agotar la legislatura, asegurando que hay un compromiso claro para llegar a 2027, a pesar de los bloqueos políticos actuales.