El Gobierno argentino ha decidido dar un paso cauteloso para su regreso a los mercados de capital, tras casi ocho años de ausencia. Se ha optado por una colocación en el mercado local, ofreciendo un bono de corto plazo que vence en 2029 y un atractivo cupón de intereses del 6,5% anual. Este movimiento se considera un paso intermedio hacia el objetivo final de regresar a los mercados internacionales con colocaciones más profundas y de mayor plazo.
La noticia fue recibida con entusiasmo inicial, lo que provocó un aumento significativo en los ADR argentinos que cotizan en Wall Street y una mejora en la paridad de los bonos en dólares. Sin embargo, el cierre del mercado fue menos optimista, con acciones que terminaron más de un 3% a la baja y los títulos prácticamente neutros. La razón detrás de esta caída fue la incertidumbre generada por la situación política en Brasil, donde el apoyo de Jair Bolsonaro a la candidatura de su hijo Flávio generó inquietud entre los inversores, provocando una caída del 5% en el mercado brasileño y un aumento en el valor del dólar.
El índice Bovespa, que había tenido un buen desempeño con subidas superiores al 30% en el año, ahora enfrenta un periodo de mayor volatilidad. Los inversores están preocupados por la posibilidad de que Lula Da Silva no sea reelegido, lo que añade un nivel de incertidumbre a la situación económica de la región.
El Gobierno argentino se enfrenta a un desafío inesperado en su intento de asegurar un rendimiento bajo en la colocación del nuevo bono. Actualmente, el bono AL 29, que es similar al que se emitirá, ofrece un rendimiento del 9,8% anual en dólares. El objetivo del equipo económico es lograr un rendimiento en el nuevo título entre el 9% y el 9,5% anual. Sin embargo, este bono se emitirá bajo legislación argentina, lo que podría influir en su atractivo para los inversores.
La colocación del Bonar 29 es un hito importante, ya que no solo busca asegurar dólares para el próximo vencimiento de deuda de 4.300 millones de dólares en enero, sino también reducir el riesgo país, que se ha mantenido por encima de los 600 puntos básicos. Además, se espera que esta emisión se complemente con financiamiento de bancos internacionales, que han ofrecido hasta 7.000 millones de dólares en fondos frescos.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reiterado su llamado al Gobierno para que comience a acumular reservas, un aspecto crítico para la estabilidad económica del país. Caputo, un funcionario del Gobierno, ha afirmado que el Banco Central podría adquirir un mínimo de 7.000 millones de dólares el próximo año, pero esto dependerá de la obtención de financiamiento adicional, especialmente a través de la colocación de deuda.
Por otro lado, la disminución de las tasas de interés ha comenzado a impactar en el mercado. Algunos bancos están ofreciendo tasas de interés de solo 21% o 22% anual en pesos, una caída significativa desde niveles superiores al 45%. Esto podría impulsar marginalmente la recuperación de la actividad económica.
Sin embargo, la inflación sigue siendo un obstáculo. Recientes informes indican que los precios de alimentos y bebidas han aumentado considerablemente, con un incremento cercano al 4% en las últimas cuatro semanas. A pesar de esto, las consultoras mantienen una perspectiva optimista, proyectando que la inflación podría descender a niveles inferiores al 2% en los próximos meses, lo que podría ofrecer un alivio a la economía argentina.

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