• ¿Y las municipalidades? Bien, gracias, inermes frente a fastidiosa publicidad

Un aluvión de carteles, casi una plaga visual de proporciones bíblicas, ha tomado Lima Centro, Norte, Sur y Este, desatando un espectáculo de desorden y mal gusto. Los rostros familiares —Luna, Acuña, Fujimori, “Porky” y otros— aparecen hinchados por la ambición, disfrazados bajo la burda figura de “precandidatos”. Esta proliferación descontrolada en muros y carteles aéreos, de personajes que ni siquiera ostentan una candidatura formal, evidencia una alarmante falta de decoro cívico y una prepotencia estética que asfixia el paisaje urbano.

La ley electoral peruana, aunque precisa en sus prohibiciones, termina convertida en papel mojado. La norma veta la propaganda masiva hasta sesenta días antes de la contien

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