Durante los primeros meses de vida, la piel del bebé se enfrenta a un proceso de adaptación constante: pasa de un entorno húmedo y protegido a uno seco y cambiante.

Por eso, los jabones que se utilizan en esta etapa deben ofrecer una limpieza eficaz, pero sin alterar su equilibrio natural.

El exceso de perfumes, alcohol o sulfatos puede dañar la película hidrolipídica -una fina capa protectora que mantiene la hidratación- y provocar enrojecimiento o picazón.

Los productos pediátricos se formulan para evitar ese tipo de reacciones y conservar la suavidad de la piel.

El mejor jabón para recién nacido en oferta: opciones delicadas

En los últimos años, creció el interés por los jabones orgánicos o de origen vegetal para bebés , fabricados con ingredientes más simples y biodegradable

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