Cuidar el cerebro no depende únicamente de factores genéticos ni de soluciones milagrosas. Los hábitos diarios, desde el modo en que nos movemos hasta cómo gestionamos el descanso, el estrés y la exposición a riesgos, desempeñan un papel clave en la preservación de la memoria, el pensamiento y las funciones cognitivas a lo largo del tiempo.
Diversos especialistas en neurología y neuropsicología coinciden en que adoptar rutinas saludables puede ser decisivo para reducir la probabilidad de desarrollar trastornos neurodegenerativos y mejorar la calidad de vida en la vejez.
1. El sedentarismo
Las acciones diarias impactan de manera profunda en la salud cerebral a largo plazo, coinciden neurólogos y neuropsicólogos consultados por SELF. Los especialistas sostienen que la prevención de la dem

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