Donald Trump ha vuelto a Pensilvania. El estado donde estuvo a punto de morir hace un año y medio, en la campaña para las presidenciales de noviembre de 2024 que le devolvieron a la Casa Blanca. Y ha vuelto para un mitin pensado para contrarrestar el descontento creciente entre sus electores por la situación económica, ante la evidencia de que la inflación ha subido en lo que va de año hasta el 3% y los aranceles se están traduciendo en políticas de contención de daños, como los 12.000 millones de dólares anunciados para el sector agrícola este lunes, golpeado por la caída de las compras desde China como respuesta a la guerra comercial unilateral desatada por el presidente de EEUU.

Las encuestas, además, constatan que los estadounidenses suspenden la gestión de Trump, en particular de la economía, y las elecciones de la ciudad de Nueva York, Virginia y Nueva Jersey han demostrado que el discurso del coste de la vida, que tan bien supo manejar Trump en noviembre de 2024, se le ha vuelto en contra. Ahora son los demócratas los que están pescando votos y ganando elecciones apelando a las dificultades para llegar a fin de mes de la ciudadanía, golpeada por unos precios de la vivienda disparados y que no ven esos “billones y billones” de dólares en inversiones que supuestamente está consiguiendo la Casa Blanca con el chantaje de los aranceles.

Donald Trump se presentó como el defensor de la clase trabajadora frente a su “verdadero enemigo”, el Partido Demócrata. “Que los demócratas hablen de asequibilidad es como si Bonnie y Clyde predicaran sobre la seguridad pública”, ha dicho el presidente de EEUU.

Trump se ha remangado en un escenario político que no le es muy favorable al Partido Republicano de cara a las elecciones legislativas de mitad de mandato. Según ha explicado en su discurso, su jefa de gabinete, Susie Wiles, le ha pedido salir a la carretera ya para ganar las elecciones de noviembre de 2026. Y él ha mostrado su lado más trumpista, racista, xenófobo, tránsfobo y faltón.

Así, no ha tenido problemas en elevar los insultos al ex presidente Joe Biden: “Históricamente, cuando pregunto: '¿Qué os gusta más?¿Joe dormilón o Joe el corrupto?'. Normalmente, Joe, el corrupto, gana. Me sorprende, porque para mí es un hijo de perra dormilón. ¿Quién destruyó nuestro país si no hubiéramos llegado nosotros? Si no hubiéramos llegado, este país habría sido destruido. Y ahora los demócratas del Congreso quieren llevarnos de vuelta a la época de Biden. No cambian, el otro día vi a un congresista en un programa de televisión que luchaba con uñas y dientes para que los hombres jugaran en deportes femeninos”.

Los insultos a Biden y la transfobia son clásicos en Trump, y han tenido éxito en la base MAGA, al igual que el discurso racista y anti migración.

Por eso, Trump se ha recreado en los insultos a la comunidad somalí de Minnesota, con cuyo gobernador, Tim Walz, ex candidato a vicepresidente de Kamala Harris, tiene un agrio enfrentamiento, y a quien insulta cada día como “idiota y estúpido”. Y en el caso de Minnesota, un bastión demócrata, además está la representante Ilhan Omar, de origen somalí, a la que ha dedicado insultos racistas durante su discurso. “A Minnesota se le llama la gran estafa de Minnesota y tiene uno de los gobernadores más tontos de la historia”, ha dicho Trump. Y sobre la congresista Omar, ha afirmado: “Me encanta esta Ilhan Omar, o como se llame, con su pequeño turbante. Me encanta. No hace más que quejarse, siempre está quejándose. Viene de su país, que se considera el peor país del mundo. No tienen nada. Se matan unos a otros constantemente. Me encanta. Viene a nuestro país y siempre se queja. Deberíamos echarla de aquí. Se casó con su hermano para poder entrar, por lo tanto, está aquí ilegalmente. Debería largarse. Hay que echarla”.

Una acusación, la del matrimonio con el hermano, que ella niega y que nadie, hasta el momento, ha podido demostrar.

Como afirma The New York Times, los rumores de que Omar se había casado con su hermano han estado circulando desde 2016 , cuando se presentó a las elecciones para representante estatal en Minnesota. Pero no ha surgido ninguna prueba que corrobore estas afirmaciones. En 2016, Omar emitió un comunicado de prensa en el que desmentía los rumores calificándolos de “absolutamente falsos y ridículos” y proporcionaba una cronología de su historial matrimonial.