Por Mariano Palazzo, (diciembre 2025)

Con esta reflexión comienzo un nuevo artículo para llamar la atención sobre aquel lugar que no puede ni debe convertirse en una fábrica para producir ladrillos con los cuales construir una pared, sino que más bien debe ser el lugar donde cultivar el pensamiento, dialogar, preguntarse por el sentido de la vida, debe ser la esfera donde surjan preguntas más que respuestas, convertirse en el espacio fértil para la reflexión y la creatividad… es que de hecho, su significado mismo la define, está determinado en la etimología misma de la palabra. No se trata de nostalgia, es más bien el imperativo para replantearla como lugar de libertad interior, de pensamiento crítico, de cultivo del espíritu, de desarrollo de la imaginación, de espacio de humanización.

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