Su frondoso pelaje verde, sus ojos amarillos tan brillantes como las luces de un árbol navideño y ese carácter que parece hecho de sarcasmo y copos de nieve, lo hacen imposible de ignorar. El Grinch, el célebre amargado que odia la Navidad,pero que en el fondo la entiende mejor que nadie, cumple 25 años desde que saltó de los libros del Dr. Seuss a la gran pantalla, con el rostro elástico y la energía sin límites de Jim Carrey.

Aquel ser gruñón, que Dr. Seuss dio vida en 1957 con How the Grinch Stole Christmas! (¡Cómo el Grinch robó la Navidad!), pasó de ser un cuento infantil ilustrado a un símbolo inmortal de las fiestas, como un adorno que nunca se guarda del todo en la caja.

Y aunque ha tenido muchas vidas —una famosa y tierna versión animada de 1966, un musical y hasta una cinta en

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