" No sé en qué parte de esta historia / perdí el argumento primario / no sé qué cojones me agobia / voy según dice el calendario ". Los versos de Robe Iniesta, unos de tantos para la posteridad, resumían las tribulaciones de Xabi Alonso en el Real Madrid. Él, minoría absoluta, rendido a los caprichos de un vestuario con el estómago lleno, simplemente suplicaba compromiso para, si era menester, al menos morir con la cabeza alta.
Y, en efecto, atendido su última voluntad, el Manchester City no aplastó al Madrid al Bernabéu. Pero le ganó y eso quizá suficiente para que Florentino le baja el pulgar a su entrenador. Porque tras un arranque ilusionante, toda la impotencia blanca se acabó desparramando sobre el césped del Bernabéu, como un castigo a sus pecados del pasado más reciente. Un equi

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