Creo que ya nunca podré ima­ginar a Hermann Göring con unos rasgos que no sean los de Russell Crowe, el actor que le da vida en la película Núremberg . Göring, recordémoslo, fue uno de los miembros históricos del Partido Nazi y, desde la llegada de Hitler a la cancillería en 1933, no cesó de acumular poder hasta convertirse en el segundo hombre más poderoso del Tercer Reich, solo por detrás del propio Hitler. Enorme, gigantesco, con una presencia física imponente y la papada escapando del cuello del uniforme, con los rasgos faciales más bien desdibujados, con los párpados hinchados y la mirada despierta, con la gesticulación reducida al mínimo y unas inflexiones de voz que suenan como auténticas a oídos de quienes no sabemos una palabra de alemán, Crowe se ha convertido para siempre en G

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