Las maniobras de la Administración de Donald Trump para forjar una alianza estratégica con la Rusia de Vladímir Putin en detrimento de Europa y el tradicional vínculo trasatlántico son cada día más evidentes. En las últimas semanas sus funcionarios han trasladado a las cancillerías europeas los planes de la Casa Blanca para acabar con el aislamiento económico de Moscú y embarcarse en negocios multimillonarios con el Kremlin si Ucrania acepta el plan de paz que Washington trata de imponerle , según ha desvelado 'The Wall Street Journal'. Esos planes contemplan además que empresas norteamericanas accedan a los miles de millones en activos rusos congelados en Europa para utilizarlos en la reconstrucción de Ucrania o la reactivación de los flujos de energía rusa al Vi

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