Los pobres con los pobres, los ricos con los ricos... y los inmigrantes con los inmigrantes. La escuela española segrega a su alumnado en función de factores como la renta y el origen, pero lo hace con diferente intensidad en cada comunidad autónoma, según un informe de Comisiones Obreras. Los datos que ofrece el sindicato a nivel país dibujan una nación que se mueve en parámetros europeos –algo por debajo de la media europea en renta, algo por encima en inmigración–, pero esos promedios ocultan grandes diferentes regionales, explica el texto.
La Comunidad de Madrid, por ejemplo, se encuentra entre las regiones de Europa que más segrega en función de la renta. Esto es, el 25% del alumnado más pobre tiende a concentrarse en las mismas escuelas, con las consecuencias académicas y sociales respecto a la reproducción social que eso tiene, igual que sucede con el 25% más rico. Pese a seguir en el top europeo, la región ha mejorado: hace siete años estaba segunda en la clasificación , solo por detrás de Hungría.
En Euskadi o Catalunya sucede algo parecido con los inmigrantes: solo Austria, Reino Unido y Bélgica segrega más al alumnado en función de su origen. “La preocupación y las intervenciones que se están dando en ambas comunidades están plenamente justificadas”, valora el informe.
“Tenemos suficientes evidencias para afirmar que el sistema educativo español es uno de los más segregados del mundo”, sostienen los autores del informe. “Esta situación agrava lo que sucede en las escuelas que reciben a los sectores más desfavorecidos de la población que, por lo general, ofrecen una educación inferior en relación con la calidad de la oferta que brindan las escuelas de los sectores de mayores ingresos”, añaden.
Medidas como el fomento de la escuela concertada por encima de la pública en muchas regiones y por parte de todos los actores políticos, desde ERC hasta el PP; el impulso a la universidad privada “de escasa calidad”; el apoyo a las escuelas católicas incluso las que solo admiten chicos o chicas; los beneficios fiscales por los uniformes o para las clases de idiomas que pagan las familias favorecidas; “medidas de cuasi mercado” como el distrito único escolar que aplica la Comunidad de Madrid con “la excusa de la libertad de elección”; o “la apuesta por el bilingüismo descontrolado, de dudosa eficacia educativa (...) que se acaba convirtiendo en un elemento de segregación escolar” están detrás de esta segregación escolar, sostiene el informe.
La foto fija de la segregación
La foto fija dice que la segregación escolar promedio en España en función de la renta es de 0,36 (en función del índice de Disimilitud), lo que significa que un 36% del alumnado de Secundaria más rico y más pobre tendría que cambiar de centro para que los institutos tuvieran un reparto de alumnado equitativo.
“Estas cifras ocultan una gran variabilidad en los datos de las diferentes comunidades y ciudades autónomas”, advierte el texto, que pasa a desglosar el dato. Para el alumnado socioeconómicamente desfavorecido (el 25% del alumnado con familias de menos recursos), explica el informe, la Comunidad de Madrid, con un índice de 0,42 es, “con gran diferencia”, la región con una mayor segregación de España. Le siguen la Ciudad Autónoma de Melilla, Cataluña y Asturias, con 0,38, 0,37 y 0,34, respectivamente. En el otro lado, las comunidades con una menor segregación escolar para este tipo de alumnado son Cantabria, con 0,25; Castilla-La Mancha, con 0,26; y Castilla y León, con 0,27.
Pero no solo se segrega a los más pobres. También los ricos lo hacen, aunque con la intención contraria. Para el alumnado más favorecido (el 25% con familias de mayor nivel socioeconómico), “la situación de la segregación escolar es análoga, pero con algunos matices”. En casi todas las comunidades y ciudades autónomas esta segregación es mayor que para el alumnado desfavorecido, con la excepción de Aragón, Euskadi y Navarra.
En cifras, la región más segregada sigue siendo la Comunidad de Madrid, con 0,45; seguida de las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta, ambas con 0,42; la Región de Murcia, con 0,40; y Cataluña, con 0,38. En el extremo contrario, Cantabria sigue siendo la comunidad con menos segregación escolar, seguida de Aragón (ambas con 0,28), Navarra (con 0,29) y La Rioja (con 0,30).
Inmigrantes agrupados
En cuanto a la segregación en función del origen, la media española es de 0,19 (esta vez en función del índice de Aislamiento Normalizado), un dato que la ubica como el octavo país europeo que más segrega en esta categoría. Pero, de nuevo, la media esconde grandes diferencias. Cataluña y el País Vasco tienen unos valores de 0,24, “con mucha diferencia” las que más del estado y, si fueran un país, serían el cuarto y quinto de Europa, respectivamente.
Las siguen Melilla, la Comunitat Valenciana, la Comunidad de Madrid, Navarra y Aragón, las cinco con valores superiores a 0,15 y lejos del resto de comunidades autónomas. El informe destaca la diferencia entre las dos primeras, que se han preocupado –y ocupado, con resultados aún por ver en sus respectivos programas– por la cuestión y las cinco siguientes, que no lo han hecho.
En la parte inferior de la tabla se encuentran las comunidades con un porcentaje de inmigrantes más bajo: Asturias, Extremadura, Castilla y León, La Rioja, Cantabria, Galicia y Castilla-La Mancha. El informe destaca que los países (o regiones, en este caso) que más segregan son los que más inmigración acogen.
El informe advierte de que la situación ha empeorado en los últimos años. “Tanto el conjunto del Estado español como para Andalucía, Cataluña y la Comunidad de Madrid, la segregación escolar del alumnado de origen inmigrante ha crecido de forma clara en estos 20 años analizados”, se lee. Con la excepción (insuficiente en función de los resultados) de Euskadi, donde “tras unos años de crecimiento, se ha producido una constante disminución de sus niveles de segregación”. Pero sigue siendo top 5 europeo.
Expectativas, clasismo, aporofobia
El informe advierte de lo que hay detrás de la segregación escolar y de las consecuencias que tiene. “Está muy influida por las expectativas de los padres y las madres. Muchos consideran la escuela como una institución que debe servir para el ascenso social o la reproducción social”, exponen. Pero “lo que realmente pretenden es, mediante espacios homogéneos, acumular capital social que podría abrir puertas laborales en el futuro al alumno o alumna, y cerrar las clases sociales sobre sí mismas ”, continúa el texto.
“Es una estrategia clasista, con cierto toque de racismo de baja intensidad y de aporofobia, que instaura un régimen de desigualdad de oportunidades que repercute en una desigualdad a posteriori, cuando los educandos se enfrentan al mercado laboral, y que beneficia a quienes poseen el capital social, económico y/o cultural para poder ocupar los mejores puestos de trabajo y aprovechar las oportunidades”, rematan.
Los autores se muestran muy críticos con la triple red (pública, privada concertada y privada sin concierto), un entramado que fomenta la segregación, sostienen, y perpetúa la reproducción social. “El sistema está tendiendo hacia una escuela para los pobres (pública) y una escuela para la clase media (concertada) y la clase alta (privada)”, escriben, aunque conceden pese a ello que “algunas escuelas concertadas cumplen una misión social, al asumir a una parte del alumnado dificultoso, ya sea por su ideario pedagógico o religioso”, aunque matizan que “son una minoría”.
Por último, advierte CCOO, la segregación se retroalimenta y puede entrar en una deriva por la que solo va a más. “Uno de los problemas de la segregación escolar es que puede acabar generando centros gueto, donde se ha ido produciendo una huida del alumnado de clase media y clase media-baja por la llegada de inmigrantes al centro, o la existencia de un núcleo gitano muy importante. Ese proceso de guetización lastra las posibilidades del alumnado que está dentro de dicho centro (considerado de ”difícil desempeño“, ”de alta complejidad“, etc.)”.
Aterrizada esta afirmación a “casos extremos llevados al paroxismo” el informe cita el CEIP Duque de Rivas (en el barrio de las Palmeras, Córdoba), con un abandono escolar del 99% y un solo graduado universitario en 15 años, o el barrio de los Asperones (Málaga), donde solo han tenido un universitario en 40 años. “Juntar a los alumnos y a las alumnas de bajo rendimiento en las mismas aulas o centros tiene unas consecuencias claramente negativas para su futuro académico”, concluyen.
Las propuestas
El informe concluye con algunas propuestas para reducir la segregación del sistema, bajo el axioma de que “es necesario defender la educación pública. Es esta la que garantiza el derecho a la educación de todas y todos, y la única que pone los intereses de la ciudadanía por encima de los intereses privados o la búsqueda de beneficios económicos”.
Las medidas proponen diagnosticar la situación, planificar la futura escolarización del alumnado para hacerla equitativa, eliminar el distrito único escolar allá donde exista y priorizar la matriculación por proximidad con independencia de la zonificación escolar (que queda solo como un recurso para planificar la oferta de plazas), modificar los criterios de admisión dando más valor al criterio socioeconómico o eliminando las puntuaciones por antiguo alumno o discrecionales de los centros, que favorecen a las familias de rentas altas , eliminar las cuotas obligatorias en la escuela concertada, mejorar la información a las familias o ajustar los recursos de cada centro en función de sus necesidades, entre otras.

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