Según el Global Business ComplexityIndex 2025 de TMF Group, Argentina ocupa el puesto 11 entre 79 países en dificultad para operar . En aspectos como regulaciones, impuestos y gestión de talento, seguimos entre los entornos más enredados del planeta. No es un récord para celebrar, pero sí una señal para pensar.

Porque detrás de la maraña de trámites, reglas cambiantes y exigencias administrativas, hay un costo menos visible: el costo mental de decidir.

Los líderes empresariales argentinos lo saben bien. No se trata solo de diseñar una estrategia comercial o financiera ; se trata de hacerlo en un contexto donde cada movimiento requiere tiempo, energía y, muchas veces, paciencia. La complejidad no solo encarece las operaciones: también desgasta la claridad.

Cuando todo exige reacc

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