Hoy hace un buen día, estimados lectores de El Independiente, para invitarlos a la reflexión respecto de algunas de las situaciones que rodean la Copa del Mundo 2026 próxima a celebrase en: Canadá, Estados Unidos y México.

El reglamento que rige el futbol en el mundo prohíbe que se muestren mensajes o lemas: políticos, religiosos o racistas. Esto toma matices dramáticos cuando vemos que durante el sorteo para el Mundial 2026, el presidente de FIFA Gianni Infantino, en un acto que me atrevería a calificar de “nauseabundo”, se tomó el atrevimiento de inventase “El Premio de la Paz” y entregárselo a Donald Trump, un tipo: “bélico, racista, intolerante y prepotente”, haciendo un “papelón”, andando de “nalga pronto” violando así su propio código de ética que exige “neutralidad política”.

En o

See Full Page