vuelve a situarse en el centro del huracán mediático, un territorio que conoce demasiado bien, pero esta vez el vendaval podría empujarlo fuera del plató. Su continuidad en No somos nadie -el espacio que trató de recomponer la "familia televisiva" tras el fiasco de La familia de la tele- podría estar más comprometida que nunca. Y todo a raíz de un choque con nombre propio: María Patiño.

La tensión sobrevolaba el programa del 11 de diciembre, pero terminó aterrizando de golpe cuando Patiño cuestionó una de las bromas del colaborador. Lo que empezó como una pulla por la palabra "vestidor" derivó en un fuego cruzado tan incómodo como inevitable para quienes conocen la química -y la pólvora- entre ambos. Matamoros replicó con ironía, Patiño con un: "Estoy hasta las narices", y el resto fue t

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