Aragón atesora algunos de los paisajes urbanos más evocadores de la península, especialmente cuando llega el invierno y la luz tenue de diciembre convierte sus cascos históricos en escenas que podrían haber sido ilustradas en un manuscrito medieval. Así lo destaca National Geographic , que ha seleccionado varios pueblos aragoneses cuyas calles empedradas, murallas centenarias y arquitectura tradicional crean un ambiente propio de un cuento de Navidad… medieval .

Estas localidades, repartidas entre las provincias de Teruel y Huesca , combinan patrimonio, naturaleza e historia viva. En ellas, el frío no es un inconveniente, sino un aliado: intensifica el silencio, realza los colores cálidos de la piedra antigua y convierte cada rincón en un escenario digno de una producción cinema

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