En menos de 24 horas, el flamante canciller Pablo Quirno anotó dos papelones diplomáticos: el plantón presidencial en Oslo y la omisión de las Islas Malvinas en el logo oficial de su ministerio. Detrás hay un linaje de dos siglos que votó por el virrey español en 1810, construyó la oligarquía roquista y prestó domicilio a un nazi SS. Quirno llegó para garantizar que la política exterior no arruine los negocios con Washington. Pero está dinamitando los intereses nacionales.
Plantón en Oslo
El 9 de diciembre, Milei aterrizó en Oslo con el overol de YPF. La agenda oficial: ceremonia del Nobel a María Corina Machado, reunión con el rey Harald V y encuentro con el primer ministro Jonas Gahr Støre. Pero apenas concluyó la disertación en inglés de la hija de Machado -que recibió el premio en

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