Durante la pandemia, el gobierno de Martín Vizcarra creó Reactiva Perú, un programa que inicialmente buscaba mitigar los efectos económicos de la crisis sanitaria. Sin embargo, en la práctica, se convirtió en un espacio propicio para las desigualdades, beneficiando principalmente a grandes empresas y al sistema bancario.

La falta de medidas de control adecuadas permitió que grandes compañías accedieran a recursos públicos sin cumplir con sus compromisos de pago, mientras que las micro y pequeñas empresas (mypes) quedaron relegadas. Sin la supervisión efectiva del Estado, se abrió la puerta a prácticas fraudulentas que hoy representan un alto costo para las finanzas públicas.

Millonarios fondos con mínimo retorno

Según una auditoría de la Contraloría General de la República, el Gobierno

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