La crisis interna desatada en el PSOE valenciano por la denuncia de acoso sexual y laboral contra el alcalde de Almusafes , Toni González , ha tomado un cariz alarmante tras la aparición de mensajes internos en los que se insulta a la víctima y se le llega a insinuar el suicidio. El caso, revelado por The Objective , ha encendido todas las alarmas sobre cómo determinadas estructuras locales del partido reaccionan cuando uno de sus cargos de confianza es señalado.

El episodio más preocupante es el mensaje que Pepa Pastor , exconcejal socialista y miembro de la ejecutiva local, envió a la denunciante por mensaje privado: “Lo desesperada que tienes que estar. Si te la pusieras tú en el cuello” , en referencia a una baliza colgada de un árbol. Lejos de ser un exabrupto aislado, la frase marcó el punto culminante de una cadena de mensajes difundidos en grupos internos del PSOE de Almusafes, en los que predominaron los insultos a la víctima y el apoyo explícito a Toni González.

Una reacción unánime... pero contra la denunciante

Los chats, de los que The Objective ha publicado extractos, muestran un ambiente tóxico en el que se tilda a la mujer denunciante de “gentuza”, “tiparraca” y “mala persona”. Mientras tanto, se anima a la militancia a respaldar públicamente al alcalde denunciado. La consigna “ Yo sí te creo, Toni ” –una parodia de uno de los lemas clave del feminismo– resume la posición dominante entre los participantes.

Mensajes como “Estamos en la sede quien quiera apoyar a Toni” o “No puede prevalecer el interés particular de una persona frente al proyecto de partido” ilustran la lógica de protección de poder por encima del respeto institucional a los canales de denuncia y al derecho de la víctima a ser escuchada sin hostigamiento.

Una denuncia ignorada durante meses

Según fuentes cercanas al caso, la mujer presentó su primera denuncia en septiembre, utilizando el canal interno antiacoso del PSOE. No hubo respuesta efectiva. Solo cuando el caso trascendió públicamente esta semana –después de una segunda denuncia por la falta de actuación–, el partido reaccionó. Fue entonces cuando se puso en contacto con la denunciante y se abrió una investigación interna.

Dimisión parcial: fuera del partido, pero no del poder

Tras la tormenta mediática, el propio Toni González anunció este sábado su dimisión de todos los cargos orgánicos en el PSOE y pidió la suspensión temporal de militancia. Sin embargo, continuará como alcalde desde el Grupo Mixto Municipal, una decisión que para muchos deja la puerta abierta a su posible regreso al partido más adelante.

En su comunicado, González defendió su inocencia y tildó las denuncias de “rotundamente falsas”. “Puedo defender mi honor sin perjudicar al partido que me lo ha dado todo”, escribió, apelando a su larga trayectoria socialista.

¿Y el PSOE?

Por ahora, la dirección del partido ha iniciado una investigación interna. No ha aclarado si tomará medidas contra los responsables de los mensajes de hostigamiento –incluido el que sugiere el suicidio– ni ha emitido una condena clara de lo ocurrido en los grupos internos. Este silencio parcial amenaza con abrir una nueva grieta en el discurso feminista del partido, especialmente en un momento de elevada sensibilidad por otros casos recientes de acoso en sus filas.

Lo ocurrido en Almusafes deja al descubierto una cultura interna de cierre de filas, desprecio a las víctimas y falta de protocolos efectivos , que tensiona gravemente la coherencia del PSOE en su defensa pública de los derechos de las mujeres y la lucha contra la violencia sexual.

En lugar de cautela o empatía, lo que muestran los mensajes filtrados es una defensa militante del poder orgánico . El caso plantea una incómoda pregunta: ¿qué ocurre cuando la lealtad partidista pisa los derechos fundamentales?