Me gustaba mucho ir a los juegos de futbolito que se realizaban en el Julio Bracho (estadio municipal en Maracay, estado Aragua, Venezuela), allí observaba el comportamiento arbitral y la forma como lo hacían las personas que se desempeñaban como tales. Eso sucedió por allá por el año 1984. En la cancha de juego siempre había dos árbitros pitando, y me parecía muy similar al arbitraje de otro deporte. Luego, cuando ingresé al arbitraje del fútbol de salón, tres señores que ya no están en el deporte, hacían hincapié indicando: muchachos tengan presente que aquí se juega con dos árbitros, pero en los campeonatos nacionales pita un solo árbitro, acompañado de dos (2) fiscales de líneas que se colocan de pie en las esquinas contrarias a la mesa de control. Situación que pude verificar en el p
A propósito de los dos árbitros, por José Cedeño

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