Hace pocos días, una llamada desde Washington alertó al Gobierno argentino sobre una oportunidad inesperada: E stados Unidos negociaba la liberación de diez ciudadanos norteamericanos detenidos ilegalmente en Venezuela, y había un lugar en esa lista para Nahuel Gallo , el gendarme argentino desaparecido en manos del régimen chavista.
Detrás de la gestión estaba el secretario de Estado Marco Rubio , referente clave de la política exterior de la administración de Donald Trump . Desde hace meses, Rubio lidera una estrategia regional para desmantelar las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela . Con la relación entre Milei y Trump cada vez más afianzada, el caso Gallo se coló entre las prioridades diplomáticas del Departamento de Estado.
Gallo, en la lista de buena fe
El acuerdo