El ayuno altera muchos procesos metabólicos del cuerpo, llegado a prolongar de manera notable su esperanza de vida restante. Al haber menos azúcar en la sangre, la inflamación en el tejido graso disminuye y la basura molecular en las células se recicla. Sin embargo, el número de personas que siguen estas restricciones calóricas es limitado. Estudios con monos sugieren que, para rejuvenecerse, habría que eliminar aproximadamente el 30% de la ingesta diaria habitual.
Ahora bien, ¿sería posible lograr el efecto del ayuno sin ayunar? Un estudio del Instituto Max Planck de Biología del Envejecimiento de Colonia, publicado en la revista 'Nature Aging', refuerza esta esperanza. Ratones a los que se administró una novedosa combinación de dos fármacos experimentaron una prolongación de la