Durante mucho tiempo, la lucha contra el envejecimiento se centró en cremas y dietas. Sin embargo, la ciencia ha avanzado y hoy se conocen mecanismos moleculares que permiten modular este proceso. Un estudio del Instituto Max Planck de Biología del Envejecimiento ha demostrado que envejecer no es solo cuestión de tiempo, sino que está regulado por rutas moleculares específicas que pueden ser intervenidas, abriendo la puerta a tratamientos que podrían extender la vida.
Este avance se basa en la combinación de dos fármacos. Uno de ellos es la rapamicina , usada habitualmente en trasplantes, y el otro es el trametinib , empleado contra ciertos tipos de cáncer. La administración conjunta de estos medicamentos en ratones logró prolongar su esperanza de vida hasta un 30%, y además viv