En agosto de 2010, miles de vehículos quedaron varados durante doce días en la autopista nacional 110 de China, generando un atasco de tráfico que se extendió por más de 100 kilómetros. El colapso comenzó el 14 de agosto, cuando una combinación de obras viales, sobrecarga de camiones con carbón y un aumento del tránsito liviano produjo un cuello de botella entre las provincias de Mongolia Interior y Beijing. La falta de vías alternativas y la incapacidad de las autoridades para reaccionar rápidamente convirtieron una situación crítica en una catástrofe logística sin precedentes.
El tráfico en esa ruta creció un 40% anual durante los años previos al incidente. En el momento del colapso, el volumen de vehículos superaba en un 60% la capacidad de diseño de la carretera. Las obras viales redu