ORLANDO, Florida.- A las 6:00 p.m. en punto de este jueves, las puertas metálicas del corredor de la muerte en la Prisión Estatal de Florida se cerraron por última vez para Edward Zakrzewski . Tres décadas después de haber matado brutalmente a su esposa y a sus dos hijos pequeños con una barreta y un machete, el Estado cumplió la sentencia final: una inyección letal.

Con esta ejecución, Florida rompe un récord sombrío: nueve muertes por pena capital en lo que va del año, la cifra más alta registrada desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976.

Zakrzewski, veterano de la Fuerza Aérea, tenía 60 años . En 1994, vivía con su esposa Sylvia, de 34 años, y sus dos hijos, Edward de siete años y Anna de cinco, en el Condado Okaloosa, en el noroeste del estado. El crimen, que estreme

See Full Page