Andrea Legarreta enfrentó un desafío inusual al participar en Conejo Blanco, Conejo Rojo, obra presentada en función única en La Teatrería. Sin conocer el guion, sin ensayos ni dirección, la actriz recibió en escena un sobre sellado con el texto, que interpretó en tiempo real frente a 116 personas. El montaje, creado por el dramaturgo iraní Nassim Soleimanpour, puso a prueba su capacidad de improvisación y sensibilidad, provocando una respuesta emotiva del público.
“Sentí una conexión muy íntima con la audiencia, prácticamente podía oír su respiración. Fue muy emocionante”, expresó Legarreta tras la función, a la que asistieron sus hijas, su padre, su ex pareja Erik Rubín y amigos del medio. Durante la obra, tocó temas como el suicidio y el valor de la vida, e incluso hizo alusión a su po