El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha desatado una nueva crisis diplomática con Perú debido a una disputa territorial en la región amazónica. La controversia gira en torno a la soberanía de la isla Santa Rosa. Petro anunció que la conmemoración del 7 de agosto, fecha de la Batalla de Boyacá, se llevará a cabo en Leticia, Amazonas, como respuesta a lo que considera una violación del Protocolo de Río de Janeiro por parte del gobierno peruano.
En un mensaje en su cuenta de la red social X, Petro afirmó que Perú ha promulgado una ley para apropiarse de islas al norte de la línea más profunda del río Amazonas, que define la frontera entre ambos países. "La conmemoración de la independencia nacional se traslada a Leticia, porque el gobierno del Perú ha copado un territorio que es de Colombia y ha violado el Protocolo de Río de Janeiro", declaró el mandatario.
Petro advirtió que esta apropiación unilateral podría afectar la economía de Leticia, limitando su acceso al río y a sus principales canales navegables. "Esa acción unilateral y violatoria del tratado puede hacer desaparecer a Leticia como puerto amazónico", agregó. El presidente colombiano enfatizó que su gobierno priorizará el diálogo diplomático para resolver la controversia.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú reafirmó su soberanía sobre la isla Santa Rosa, ubicada en Loreto, cerca de la triple frontera con Colombia y Brasil. El director de Soberanía Territorial de Colombia había afirmado que la isla no pertenecía a Perú, lo que fue rechazado categóricamente por Lima. El Congreso peruano también se unió al rechazo, calificando las afirmaciones colombianas como una "pretendida usurpación del territorio".
El Protocolo de Río de Janeiro, firmado en 1934, estableció la frontera entre Colombia y Perú en la región amazónica, otorgando a Colombia la soberanía sobre Leticia y varias islas del río Amazonas. Este tratado ha sido fundamental para la relación bilateral y la estabilidad fronteriza en la Amazonía. Las tensiones entre ambos países han aumentado desde la vacancia de Pedro Castillo en Perú y la asunción de Dina Boluarte, un proceso que Petro no reconoce.
Las relaciones diplomáticas se han visto marcadas por roces, incluyendo el retiro del embajador peruano en Bogotá y la calificación de Petro como "persona no grata". La reciente disputa territorial ha reavivado tensiones en un contexto geopolítico sensible para ambos países.