Ha pasado casi un cuarto de siglo desde que Steven Spielberg estrenó en las salas de cine su película sobre la humanización de las máquinas. En "Inteligencia Artificial" (2001), se planteaba un futuro en el que los robots podían imitar, y hasta reemplazar, aspectos profundamente humanos. Sin llegar a ese extremo ficticio, en la actualidad, el auge de estos sistemas tecnológicos comienza a generar preocupaciones reales tanto en el ámbito personal como en el laboral .

A medida que los algoritmos avanzan en precisión y autonomía, sectores enteros enfrentan una transformación acelerada: desde la automatización de tareas administrativas hasta la sustitución de empleos técnicos y creativos. Si bien la IA promete eficiencia y reducción de costos, también plantea desafíos urgentes en términos d

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