Internet está lleno de memes de perros que ‘nos juzgan’. Una simple foto de un perro mirando de reojo, con las cejas arqueadas o con gesto severo, basta para que cientos de usuarios lo interpreten como una muestra inequívoca de juicio moral. En las redes sociales se ha convertido en una especie de lenguaje común bromear con que nuestro perro sabe si mentimos, si somos malas personas o si estamos tramando algo. Esto no deja de ser una forma de proyectar en ellos una capacidad típicamente humana, la de distinguir entre quien se comporta bien y quien no.
Sin embargo, aunque hasta ahora todo esto quedaba en el terreno del humor y la intuición popular, un equipo de investigadores ha querido ponerlo a prueba con el rigor del método científico. ¿Pueden los perros realmente evaluar el carácter de