Wall Street ha empezado agosto con el freno echado, el euro gana un 7% al dólar en lo que va de año y las rentabilidades de los bonos se han relajado en ambas orillas del Atlántico. La atención está puesta, más que nunca, en un paraje entre montañas en Wyoming. Jackson Hole vuelve a convertirse en el epicentro financiero global en un momento en el que los bancos centrales están atrapados entre dos fuegos: la desaceleración económica y una inflación que se resiste a desaparecer por completo.
La reunión anual de banqueros centrales organizada por la Reserva Federal de Kansas City (21 al 23 de agosto) se produce con una pregunta muy clara sobre la mesa: ¿seguirán bajando los tipos de interés tanto en Europa como en Estados Unidos? El mercado ya ha hecho sus apuestas, pero el escenario es tod