Kelley Mack, actriz de “The Walking Dead”, murió a los 33 años, luego de que le diagosticaron un tumor maligno en el sistema nervioso a finales del año pasado.
En enero, Mack anunció que le habían diagnosticado un astrocima, un tipo de tumor canceroso que crece en el sistema nervioso central, empezando en el cerebro o la médula espinal. También se conoce como glioma difuso de la línea media.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, un astrocitoma se forma por el crecimiento anormal de los astrocitos, células en forma de estrella del sistema nervioso que ayudan al funcionamiento de los nervios.
Kelley, quien era conocida por su papel de Addy en la exitosa serie de televisión The Walking Dead, murió en Cincinnati el pasado fin de semana, según anunció su familia el martes.
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