Que Claudia Sheinbaum lo haya convocado ahora, al inicio de su mandato, es una señal inequívoca de que el gobierno busca una reforma electoral de gran calado y sin compromisos a medias.
El nombramiento de Pablo Gómez Álvarez como responsable de diseñar y encabezar la reforma electoral de Claudia Sheinbaum ha sacudido el tablero político. No es cualquier designación: se trata de un veterano de la izquierda mexicana, un economista de formación, un opositor de tiempo completo y un político que ha estado en el epicentro de momentos históricos. Su perfil marca una clara intención de fondo: esta no será una reforma negociada entre élites ni una operación de maquillaje, sino una propuesta robusta, polémica y profundamente política.
Gómez tiene 78 años, pero su energía política no ha mermado.