El expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, ha reflexionado sobre su segunda fuga, un año después de su breve regreso a España. En un mensaje publicado en redes sociales, Puigdemont afirmó que si hubiera sido detenido, "hoy todavía estaría en la cárcel" y a punto de ser "juzgado y condenado".

El 8 de agosto de 2024, Puigdemont asistió a la investidura de Salvador Illa en Barcelona, un acto que consideró crucial para "denunciar una anomalía democrática grave". Según sus palabras, su regreso tenía como objetivo poner de relieve la pasividad del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ante lo que él califica como una "actitud golpista del Supremo".

"Era consciente del enorme riesgo y de la elevada probabilidad de que acabara detenido y enviado a Madrid para ser encarcelado de manera incondicional", explicó. A pesar de este riesgo, Puigdemont defendió su decisión de regresar, argumentando que su deber era actuar en contra de los planes que lo querían "encerrado e inhabilitado".

El expresident, que ha estado residenciado en Bélgica desde el referéndum del 1 de octubre, destacó la importancia del apoyo de los ciudadanos y de aquellos que se movilizaron en su favor durante su regreso. En su mensaje, también hizo un llamado a mantener la lucha a pesar de las dificultades, afirmando que "no siempre es cómodo ni agradable, pero es una actitud fundamental que no deberíamos abandonar nunca".