En uno de los informes más duros de su historia, Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció que los puntos de distribución de alimentos en Gaza se han convertido en “laboratorios de crueldad” donde civiles hambrientos son blanco de ataques intencionados. El reporte, titulado “Esto no es ayuda, es un asesinato orquestado”, revela un patrón de violencia sistemática, respaldado por datos clínicos que muestran una alarmante precisión en los disparos en las “Colas del hambre”.

Según la organización, el 11% de los heridos por bala atendidos en una de sus clínicas en el sur de la Franja presentaban impactos en la cabeza o el cuello, lo que sugiere una clara intención de matar.

La anatomía de un ataque

El análisis de las heridas de cientos de pacientes revela que los disparos no son accidentales ni i

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