La actividad económica se resiente por la suba de las tasas de interés y el ancla salarial que aplican Milei y Caputo para intentar contener el dólar y la inflación. El panorama es de creciente incertidumbre hasta octubre y todavía más negativo para fin de año.
El Gobierno está jugado a llegar a las elecciones con el dólar dentro de la banda de flotación y, si es posible, lejos del techo. La prioridad de la política económica sigue siendo dominar la inflación, para mejorar las chances electorales del oficialismo en octubre. Es lo que se denomina el plan aguantar . Se hace lo que haga falta para lograr esos objetivos: que no se desborden el dólar ni los precios. Suben las tasas de interés, se pisan los salarios . La economía real paga las consecuencias, y para peor, acumula tensiones.