Moscú, 9 ago (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en sus ansias de lograr el Nobel de la Paz, puede caer en la trampa del jefe del Kremlin, Vladímir Putin, que quiere aprovechar la cumbre de Alaska para plasmar en papel lo que no ha podido lograr en el campo de batalla.

“Por supuesto, los presidentes, sin lugar a dudas, se centrarán en discutir las opciones de lograr un arreglo pacífico y duradero para la crisis ucraniana”, dijo anoche Yuri Ushakov, asesor de Putin para política internacional.

Putin no visita Estados Unidos desde que se reuniera en 2015 en Nueva York con el entonces presidente, Barack Obama, tras su intervención en la ONU, que allanó el camino a la intervención militar rusa en Siria.

Los expertos independientes rusos temen que Putin vuelva a “embaucar”

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