Cuando el hijo adulto de Kikuyo Nakamura descubrió que tenía bultos en la espalda, asumió que era solo un sarpullido.

Aun así, ella lo instó a ir al hospital: más vale prevenir que curar.

Hiroshi, su segundo hijo, nació en 1948, tres años después de que Estados Unidos lanzara la bomba atómica sobre Nagasaki. Como sobreviviente del bombardeo, Nakamura temía desde hacía tiempo transmitir problemas de salud a sus hijos.

En 2003, a los 55 años, Hiroshi ingresó en el hospital. Pasaron dos días sin noticias suyas. Luego tres. Luego una semana.

Finalmente, Nakamura fue al hospital, donde su hijo le dijo: “Van a hacer más pruebas”, dijo a CNN.

Los resultados mostraron que tenía leucemia en etapa 4, un cáncer de sangre en etapa avanzada que se había extendido a otras partes del cuerpo. Según N

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