En 1964, en una calle de Nueva York, una joven llamada Kitty Genovese fue atacada y asesinada mientras pedía auxilio a gritos. Más de treinta vecinos escucharon, varios miraron por la ventana. Nadie llamó a la policía. Nadie bajó a ayudar. Nadie actuó.

¿Por qué? Porque todos pensaron lo mismo: “Alguien más lo hará.”

Este hecho dio origen al término “efecto del espectador”, que describe cómo, cuando muchos presencian una situación crítica, menos personas intervienen, creyendo que otro se hará cargo. El resultado: nadie lo hace.

Décadas antes, Albert Camus había descrito en La Peste un fenómeno similar. En su novela, una ciudad se acostumbra poco a poco a ver ratas muertas por las calles. Nadie reacciona. Nadie se alarma. Hasta que la peste se vuelve imparable. ¿La causa? La indiferencia.

See Full Page