Un reciente informe revela cómo el Cártel de Sinaloa continúa enviando fentanilo a Estados Unidos, utilizando automóviles que anteriormente transportaban cocaína y metanfetamina. En una investigación publicada, se documentó que los contrabandistas están cambiando a cargas más pequeñas y empleando métodos creativos para evadir la detección.
Un hombre fue observado rociando seis paquetes envueltos en aluminio con un líquido que olía a cloro, un compuesto que, según él, ayudaría a ocultar el fentanilo de los perros de búsqueda. Debajo del papel de aluminio, la droga estaba envuelta en papel carbón, lo que complicaría su detección por rayos X.
La investigación incluyó entrevistas con cinco agentes involucrados en el proceso, como un mecánico, un conductor y miembros del cártel. Se reconstruyó el viaje del automóvil desde Culiacán, en el oeste de México, hasta Estados Unidos.
Una de las fuentes mencionó que los cárteles suelen utilizar vehículos medianos de marcas como Honda, Nissan o Toyota, argumentando que cuanto más común sea el automóvil, más fácil será que pase desapercibido. Además, destacó que nunca se repite el mismo método de ocultación, variando según el vehículo y la cantidad de contrabando. "A veces lo colocamos dentro del tanque de gasolina, otras, debajo del capó junto al motor, o incluso debajo del panel inferior", explicó.
El informe también señala que la producción y el transporte de fentanilo se han vuelto más lentos, riesgosos y costosos. Los miembros del cártel afirmaron que los sobornos han aumentado, los retenes militares se han multiplicado en México y la vigilancia de los agentes fronterizos estadounidenses se ha intensificado. "Se incautan más cargamentos, por lo que, para minimizar las pérdidas, los traficantes envían cantidades menores", añadieron.
Los hallazgos de la DEA coinciden con las técnicas de contrabando descritas por los operativos del cártel, lo que subraya la adaptabilidad de estas organizaciones criminales ante las crecientes presiones de las autoridades.