En 2025 el panorama del nearshoring se ha vuelto complejo; el entusiasmo inicial por relocalizar cadenas de suministro hacia México enfrenta ahora un entorno marcado por tensiones comerciales con Estados Unidos, amenazas arancelarias y la esperada revisión del T-MEC. Estos factores obligan a empresas e inversionistas a replantear sus estrategias y evaluar si el fenómeno seguirá siendo tan rentable y seguro como parecía hace un par de años.
El atractivo de esta tendencia dependerá de la capacidad de México para mitigar riesgos internos (infraestructura, seguridad, energía) y anticiparse a los cambios regulatorios del socio del norte. Para Todd Martínez, co-director de la División de Soberanos de las Américas de Fitch Ratings, para capitalizar la oportunidad del nearshoring no basta con con