Mientras a las puertas de Bizancio, las tropas turcas se repartían el botín, en el que fuera imperio de Oriente se discutía, relata la leyenda, sobre el sexo de los ángeles, el clásico ejemplo de los llamados debates bizantinos que no llevan a ninguna parte, más que al desastre por inacción. A la vez que se da vueltas sobre lo inexplicable, lo importante se desvanece. En Occidente, hoy día, no en 1453, se debate sobre asuntos menores que se tornan grandes. Todas las formas de sexualidad humana se han convertido, como si el mundo feliz ya se hubiera completado, en una de esas asignaturas troncales del nuevo progresismo que no sabía a qué adoquín quedarse tras la caída del muro. Ya no bastaba con lesbianas, gais y transexuales sino que había que seguir hasta el infinito e incorporar tantas s
LGTBIQ o la discusión sobre el sexo de los ángeles

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