SANTA ANA, California, EE.UU. — Afuera de una corte de inmigración en el sur de California, la reverenda Oona Casanova Vazquez se sentó junto a un ciudadano peruano nervioso quien esperaba a que un juez lo llamara. Le habló, le sonrió e incluso le ofreció una menta.
Vazquez, pastora principal de la iglesia del Nazareno de South Bay, en Torrance, ha pasado los jueves de este verano con otros líderes religiosos y voluntarios de la iglesia: observan los procedimientos judiciales y reparten folletos sobre la aplicación de la ley migratoria por parte del gobierno del presidente Donald Trump.
“Vengo aquí para estar presente y dar testimonio de estas personas que tienen más valor que yo”, dijo. “Entran por estas puertas sabiendo que podrían ser detenidos. Estoy aquí para ofrecerles fuerza y h