CDMX.- Tres veces. Sí, tres veces aquellos novios hicieron el amor en el curso de su noche nupcial. Al día siguiente la ingenua recién casada vio la entrepierna de su maridito y exclamó desolada: «¿Nada más eso nos quedó?». Doña Jodoncia le preguntó, molesta, a su esposo don Martiriano: «¿Por qué lees una y otra vez nuestra acta de matrimonio?». Respondió tímidamente el señorcito: «Quiero ver si tiene fecha de vencimiento». Una chica norteamericana presentó en la ventanilla de la casa de cambio de su pueblo un gran fajo de billetes de cierto país de América del Sur. Le pidió al encargado: «Cámbieme esta cantidad a dólares». El hombre consultó el tipo de cambio de esa moneda y en seguida le entregó a la chica 75 centavos de dólar». «¡Fuck!”, exclamó ella con enojo. “¡El desgraciado abusó de
De política y cosas peores

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